Dormida, casi sin sentir nada. Paseo mi mente por los albores del olvido eterno. Aprieto los párpados con las esperanza de no despertar jamás. Algo tira de mí. Es la realidad que viene a buscarme. Me resisto con todas mis fuerzas pero sé que perderé esta batalla.
De repente despierto en un mundo desconocido para mí. Todo está oscuro. Siento como una desconcertante tristeza se apodera de todo mi ser. Las lágrimas comienzan a brotar de manera desmesurada, incontrolable. Me caigo al suelo de rodillas y comienzo a temblar.
Un extraño sentimiento cruza por mi lado para susurrarme al oído que me levante. Me alzo de un salto. Y las lágrimas se desvanecen junto a mi tristeza como si jamás me hubiesen pertenecido. Una mano se extiende hacia mí. Temo cogerla. No quiero que me lastime. Pero algo me impulsa a arriesgarme. Extiendo mi mano. Una especie de calambre cruza por mi espalda y todo mi cuerpo se siente en calma.
En los albores de la tierra………….
Nagore Moreno Rivas
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